Un paradigma de fe en el trabajo propio
Desde que leí por primera vez el cuento del Prof. Juan Bosch “Dos pesos de agua” cambió mi forma de ver la vida. Desde el comienzo hasta el final, me identifiqué con la postura casi irracional de Doña Remigia, quien observa pasar por el frente de su casa una estampida de los moradores de Paso Hondo, huyendo de la sequía que asolaba el lugar, pero ella, se negó a abandonar sus tierras para arrimarse a casa de amigos que se ofrecieron.
Remigia es un paradigma de fe. Creía en la potencialidad de su trabajo, pues mientras entregaba dinero a los que se iban para que le prendieran velas a las ánimas suplicando por lluvia, cada día caminaba largas distancias en busca de agua para dar de beber a los animales. Estaba preparada para el día que empezaran las lluvias sembrar yuca, plátanos, habichuela, guandules, maíz, auyamas, entre otros rubros de esperanza.
Su mayor sueño era ver a su nieto montado en brioso caballo y detrás de un mostrador vendiendo yardas de telas y sirviendo tercias de ron. No quería, la noble anciana, que el nieto padeciera lo que padeció su hijo, que murió de fiebre por falta de atención médica en la finca de un terrateniente.
Todos sabemos cómo terminó nuestra heroína, ahogada, enredada en una mata de naranja, con su nieto entre los brazos, pero sus últimos pensamientos fueron: “Cuando pase el agua siembro guandules, siembro frijoles, siembro de to’”.
Tal y como la vieja Remigia imaginaba a su nieto, nosotros imaginamos a nuestros amigos, montados en briosos caballos y detrás de un mostrador despachando yardas de telas y vendiendo tercias de ron.
Esos son los ideales que impulsan a los gestores de Generatio Nova, al invitarles que formen parte de la construcción de este noble proyecto solidario.
Te invitamos a tener la fe que tenía Remigia en su trabajo. “Cuando pase el agua siembro guandules, siembro frijoles, siembro de to’”.
Prof. Eulogio Silverio
Presidente
Consejo de Administración